Soy enfermera desde 1997 y cuando terminé la carrera las oportunidades laborales se reducían a las sustituciones de verano. Esta situación me resultaba inaceptable y decidí buscar trabajo fuera de nuestras fronteras. En el año 2000 me fui a trabajar a Londres (al St. Mary´s Hospital) y allí estuve hasta 2003. En esos años aprendí mucho sobre la profesión y una de las cosas que más me llamaba la atención era el entusiasmo con el que ciertas compañeras me hablaban de la “evidence based nursing”. Me gustaba mucho su planteamiento, me resultaba revolucionario y desde luego me motivó muchísimo.

Es un modo de practicar la enfermería en base a evidencias científicas. En lugar de dejarnos llevar por la costumbre o el “siempre se ha hecho así”, si aplicamos los resultados de la investigación a nuestro trabajo diario, estamos imprimiendo calidad a nuestros cuidados. La experiencia es una fuente de conocimiento necesario en nuestra profesión, pero no puede ser la única, y menos ahora que estamos en un momento de pleno desarrollo académico de la profesión.

No se puede responder rotundamente a esta pregunta, porque hay escenarios muy distintos. En algunos ámbitos se ha investigado mucho, pero en otros todavía hay mucho campo por explorar. Además, tenemos la batalla de la implementación de la investigación en nuestra práctica diaria… No es fácil, pero creo que se está avanzando a buen paso hacia una enfermería basada en evidencias.

Se pueden conciliar si no se adoptan posturas extremas. Como ya he dicho, la tradición (la experiencia) es una fuente de conocimiento valiosa y es desde las áreas de incertidumbre a las que nos enfrentamos día a día desde donde podemos preguntarnos si podemos mejorar nuestra práctica. La experiencia es imprescindible para saber cómo observar y que observar, es decir, para comenzar a investigar. Así pues ambas cuestiones son necesarias. La distorsión llega cuando por comodidad, inmovilismo o creencias nos negamos a buscar más allá de nuestra experiencia; o cuando por el contrario negamos la necesidad de la experiencia y practicamos un fundamentalismo que en mi opinión no hace sino generar aversión por la investigación en el resto de compañeros.

Gracias a que alguien en algún momento se planteó hacer las cosas de otra manera hoy tenemos grandes avances científicos y tecnológicos.

Poder, puede, pero lo deseable es generar esas evidencias dentro del seno de los grupos de investigación (ya sean clínicos, académicos o mixtos). Desde luego para lanzarte a investigar hace falta algo más que formación y voluntad… también hacen falta estructuras y apoyos. Actualmente hay grupos que se organizan de manera independiente y funcionan muy bien, pero creo que si en todo el país hubiera estructuras de apoyo a la investigación en cuidados, nuestro ritmo de desarrollo como profesión aumentaría muchísimo.

Discrepo con esa afirmación porque esto de investigar es cosa de todos. Y no me refiero a que todos debamos investigar (lo hará quien quiera y pueda), si no a que todos debemos al menos consumir investigación (leer y aplicar) y apoyarla. Pero si alguien quiere empezar a investigar y en su entorno físico no encuentra el apoyo necesario, le aconsejo que busque compañeros de fatigas en internet. Gracias a las redes sociales yo he conocido a personas que no hubiera conocido de otra manera y con los cuales he colaborado en proyectos de investigación y hemos publicado. Lo interesante de las redes sociales (Facebook, Twitter, YouTube…) va más allá del Candy Crush. Las redes sociales unen a personas con intereses comunes y si te interesa la investigación no tienes más que buscar comunidades virtuales, foros, blogs…

En cualquier caso creo que se tiene que investigar lo que te guste y te interese. Hay diseños de investigación más sencillos y otros más complejos, pero creo que es imprescindible estar motivado con tu tema de investigación. También es necesario tener en cuenta el aspecto práctico (es factible, está a nuestro alcance…) y valorar la justificación de lo que se quiere investigar (si es interesante, o si no está ya sobradamente investigado por ejemplo).

En mi opinión las unidades de investigación son muy necesarias pero aquí tenemos un panorama muy heterogéneo. En algunos sitios la unidad de investigación lo es porque es una persona que asesora a mayores de su actividad asistencial y en otros sitios ni siquiera la hay. Si los profesionales demandásemos la existencia de estas unidades y justificásemos su existencia utilizándolas adecuadamente, serian realmente útiles. Una unidades bien planteadas y suficientemente dotadas de recurso humano y material, son el sueño de muchos enfermeros (el mío sin ir más lejos).

Es necesario tener bien claro cuál es tu pregunta de investigación y cuáles son tus objetivos porque desde ahí escogerás el diseño de investigación más adecuado. Luego viene la recogida de datos y su tratamiento estadístico pero ese tratamiento creo que se puede derivar a un estadístico. En cualquier caso es necesario saber interpretar lo que te dice la estadística (al menos en investigación cuantitativa). Lo cierto es que el desconocimiento de las técnicas estadísticas asusta pero los conceptos básicos se pueden aprender igual que aprendemos a interpretar ECG o analíticas.

Nos importa a los enfermeros por nuestro propio desarrollo profesional y le importa al paciente. Cualquier persona si le dan a elegir qué tipo de cuidado quiere, te va a responder que “el mejor”, ¿y cómo sabemos cuál es el mejor de los cuidados? Pues observándolo, midiéndolo, analizándolo y comparándolo… es decir a través de la investigación. Las prácticas basadas en evidencias no son una moda, aunque el concepto y sus tendencias vayan amoldándose a los marcos reales de aplicación práctica. Me gustaría que las practicas basadas en evidencias también fueran realmente importantes (o lo fueran más) para los gestores y políticos, porque al final ellos son los que pueden dotar a las unidades de apoyo a la investigación y los que pueden reconocer de manera practica el esfuerzo que supone investigar. Todos los profesionales sanitarios implicados en el cuidado de los pacientes (médicos, fisioterapeutas, farmacéuticos…) creo que tienen interés en apoyar su práctica en evidencias científicas… esto nos une y favorece la idea de trabajo en equipo, ya que a todos así nos movería el mismo objetivo.