En esta nueva etapa de la Revista estamos
obteniendo frutos positivos ya que disponemos de ma-yor
número de trabajos, solventando uno de los graves
problemas que históricamente hemos su-frido, como
es la falta de material original, ya que es bien sabido
que la enfermería nefrológicatiende a centrar
su potencial investigador en el Congreso anual de la
Sociedad y se muestra mu-cho más remisa a la hora
de preparar publicaciones para otros ámbitos.
La respuesta de los autores que presentaron trabajos en el Congreso ha sido muy
favorable, yaque de los trabajos que se seleccionaron para la revista la mayor
parte han realizado las adapta-ciones oportunas y están siendo publicados.
Indudablemente, de cara a la Carrera Profesional, esmuy valioso disponer de publicaciones
en revistas que estén indexadas en bases de datos, por loque aunque sólo
sea por “aspectos prácticos” la Enfermería Nefrológica
debe procurar estar pre-sente en el mayor número posible de publicaciones
científicas.
Por otra parte, el publicar los mejores trabajos del Congreso anual, permite
que la revista reflejemejor los diferentes aspectos de la investigación
que interesan a nuestros asociados y cuáles sonrealmente los temas sobre
los que más se trabaja. En este número es interesante observar
queaunque la mayoría de trabajos versan sobre la hemodiálisis,
los enfoques son muy diferentes y enla mayor parte de ellos se denota una auténtica
visión enfermera. Nos preocupa el dolor que su-fren nuestros pacientes
y se intentan minimizar las molestias que la punción de la fístula
provoca;somos conscientes del importante papel que tenemos sobre la detección
precoz de las complica-ciones de la diálisis, y de que aunque nos sirvamos
de sofisticados monitores, nuestro juicio clíni-co siempre será esencial.
La aparición de nuevos fármacos o nuevas soluciones de diálisis
impli-ca actitudes más vigilantes y una valoración muy cuidadosa,
tanto del estado del paciente comode los parámetros analíticos.
Por último, como nuestros compañeros chilenos nos recuerdan, seha
de resaltar el siempre importante papel que tiene la educación para garantizar
la calidad de vi-da de los pacientes.
No quisiera finalizar esta editorial sin dedicar un respetuoso recuerdo no sólo
a las víctimas de lostrágicos sucesos del 11 de mayo, sino también
a las compañeras que tan valiosamente hicieronfrente, como excelentes
profesionales, a los problemas de salud que se plantearon y al pueblo deMadrid
por su solidaridad y valor.
Lola Andreu