Introducción:

El dolor supone uno de los mayores problemas de salud pública de nuestra sociedad, motivando mayor número de consultas. Forma parte de la vida de los pacientes en hemodiálisis, tratándose de un síntoma altamente influyente en el bienestar de los mismos. La valoración del dolor en estos pacientes ofrece aún bastantes dudas pues no existen instrumentos para detectar las necesidades de dichos pacientes.

Objetivo:

Describir el dolor que experimentan los pacientes en domicilio y en hemodiálisis, incluyendo frecuencia, gravedad, severidad, causas y manejo del mismo, así como su influencia en su vida y valorar cómo el dolor influye sobre las puntuaciones más altas en las escalas de ansiedad y depresión.

Material y métodos:

Se realizó un estudio descriptivo, transversal con pacientes de un centro de hemodiálisis. Se seleccionaron 30 pacientes con antigüedad mínima de 3 meses en la unidad (9 mujeres y 21 hombres) con mediana edad de 65 años y RI 17. 5 años, elegidos de forma aleatoria. Para valorar la intensidad del dolor se utilizó Escala Visual Analógica (EVA) pre y post hemodiálisis. Se elaboró una encuesta de preguntas cerradas que incluía tipo y localización del dolor, causas asociadas al dolor atribuibles o no al proceso de diálisis, administración de fármacos y utilización de medidas alternativas. Para evaluar la depresión se utilizó el Inventario de Depresión Estado-Rasgo (IDER) y para evaluar la ansiedad el Cuestionario de Ansiedad Estado-Rasgo (STAI) Los datos se analizaron con el programa SPSS. 15 para Windows.

Resultados:

Muestran que un 50% de los pacientes refieren dolor a lo largo del día. Ocho de los pacientes reconocen tomar analgesia (26%). El porcentaje de pacientes que presentan dolor intradiálisis es superior a aquellos que refieren dolor crónico, siendo las causas más frecuentes los calambres y el dolor generalizado por el periodo de inmovilización, un pequeño porcentaje (6,7%) refiere dolor por punción. Los pacientes con dolor presentan problemas de sueño de forma estadísticamente significativa p=0,03. No existe relación entre dolor e incapacidad para actividades de la vida diaria. Tampoco entre los pacientes que refieren dolor intradiálisis y la necesidad de analgesia, siendo la alternativa más frecuente aunque sin significación estadística los cambios posturales. Un 63,3% usan analgesia solo si tienen dolor y únicamente un 13,3% lo toman de forma diaria. La media de puntuación EVA prehemodiálisis es 1,9 +/ - 2,5 y poshemodiálisis 2 +/ - 2,8, no siendo significativa la diferencia. No se ha reconocido asociaciones analíticas con dolor: en pacientes con más dolor no se ha demostrado mayor hipeparatiroidismo severo respecto a los sin dolor. Tampoco hay diferencias en cuanto al estado de anemia. No existe relación estadísticamente significativa entre ansiedad y dolor (p=0,07) ni con depresión (p=0,08). Tampoco existe relación entre dolor y presencia de isquemia (P=0,7).

Conclusiones:

Los pacientes que sufren dolores crónicos presentan alteraciones del sueño. La astenia supone un factor limitante en las actividades de la vida diaria mayor que el dolor.

Es necesario realizar estudios con mayor muestra para poder determinar un patrón determinado en los pacientes en hemodiálisis.